En mi viaje como madre
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En mi viaje como madre

En mi viaje como madre es una relato para Popeye

En mi viaje como madre

Cuando nació mi hijo Rodrigo, mi mundo se llenó de un nuevo tipo de amor y responsabilidad. Su llegada no solo cambió mi vida diaria, sino que también me llevó a reconsiderar cada detalle, incluso la elección del detergente. Desde el principio, quería que todo lo que tocara su piel fuera seguro y suave. Después de investigar, encontré un detergente especialmente formulado para bebés, conocido por su limpieza efectiva y suavidad extrema. Popeye era y es el detergente para la ropa de mis niños.

La primera vez que lo usé, experimenté una mezcla de emoción y ternura. El aroma suave y conocido llenó la habitación y se convirtió en sinónimo de la pureza de mi hijo y de mi cariño hacia él. Cada mañana, mientras preparaba su ropa, me sumergía en recuerdos preciosos: las noches en vela y las caricias suaves en su pelito mientras se dormía en mis brazos. Las mañanas se volvieron mi momento favorito del día. Acurrucarme con él y olerlo. Poder abrazarlo, vestirlo, doblar su ropita, eran actos llenos de amor y gratitud por tenerlo en mi vida… ¡Cuántas mujeres no tienen esa suerte! Cada prenda me recordaba la fragilidad y la belleza de la infancia de Rodrigo.

Dos años después, llegó su hermano Santiago, y el olor de “la ropa de guagua” seguía siendo una presencia reconfortante en medio del caos cotidiano. En los días más ocupados y agitados, el simple acto de oler su ropa se convertía en un ritual sagrado, una oportunidad para reconectar con mi papel como madre y nutrir nuestra relación especial.

Tengo en mis brazos a mi tercer hijo, Clemente, y por supuesto huele también “a Popeye”. El olor suave y reconfortante sigue siendo tan poderoso como siempre, evocando recuerdos vivos de nuestros primeros días juntos.

Mirando hacia atrás, puedo ver cómo algo tan simple como la elección del detergente se convirtió en un símbolo de mi viaje como madre. Cada lavado, cada doblado y cada inhalación del aroma dulce y suave me recuerdan por qué tomé esa decisión inicialmente: porque quería lo mejor para mis hijos en cada pequeño detalle de su vida.


Por Jacinta Concha, profesora y magister en educación, orientación y mediación familiar