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Piel atópica en niños: ¿cómo manejarla?

Piel atópica en niños: ¿cómo manejarla?

El eczema cutáneo o dermatitis atópica es la alergia más común en niños, produce enrojecimiento, irritación, prurito (picazón), y en algunos casos lesiones en la piel que si no son bien tratadas podrían sobre-infectarse.

La gran mayoría de los niños que la padecen están más condicionados a hacer patologías secundarias “por la deficiente barrera de inmunidad que poseen”, explica la Dra. Gema Pérez, pediatra de Clínica Vespucio.

Determinantes

Los principales factores que predisponen a esta alergia son los factores genéticos, reacciones a alimentos y fármacos; por contacto; por un factor psicológico y condiciones ambientales. La especialista menciona que “lo importante es determinar cuál es el origen de la alergia y no sólo preocuparse de tratar la reacción aguda. Por ejemplo, por proteína de vaca, huevo, maní, pescado, gluten, fármacos, conservantes, preservantes o colorantes”. Existen personas más sensibles a ciertos alérgenos y al contacto con metales, sustancias tóxicas, contaminantes, al pasto y polvo en suspensión.

Síntomas

La dermatitis además de traer consigo claras lesiones cutáneas en los niños también presenta otros síntomas que afectan su calidad de vida, al provocar mucha picazón durante el día y noche esto puede conducir a cuadros de estrés, fatiga, trastornos de sueño, mayor irritabilidad, cansancio y déficit atencional. Podría ser más severo el cuadro si exponemos a los niños a humo de cigarrillo, más aún si están presentes otras enfermedades respiratorias crónicas como asma o rinitis.

Tratamiento

Las medidas básicas para tratar este tipo de cuadros están asociadas, primero, a la limpieza de la zona, un baño corto de agua tibia a fría, aplicar jabón neutro sin perfume directo con las manos para evitar dañar más la piel. Con un secado suave, luego se hidrata la piel cremas sin colorantes ni perfumes. Se recomienda también lavar la ropa con detergentes neutros o de bebé y darle un enjuague extra, retirar etiquetas y preferir ropa de algodón.

Estos niños deben evitar exponerse a lugares al aire libre durante tiempo prolongado, protegiéndose del sol, demasiado contacto con pastos y pólenes. De ser así, hay que aplicar varias veces al día protector solar. En mayores de 6 meses, de marcas especiales para pieles sensibles o atópicas y usar ropa con protección UV.

Al aire libre también se debe prevenir el contacto con árboles que expelen polen y en la casa evitar el contacto con polvo cuando se hace aseo, “ideal que no duerman con los peluches o lavarlos frecuentemente”, recomienda la pediatra Dra. Gema Pérez.

La especialista señala que “si se mantienen todas las medidas de higiene, aseo e hidratación y el niño no mejora hay que llevarlo con un especialista para descartar cualquier otra patología”.

Para controlar infección es necesario que el especialista le de tratamiento farmacológico adecuado para no seguir dañando la zona afectada. El uso de productos específicos como cremas, pomadas, corticoides o inmunomoduladores, antibióticos tópicos u orales, antihistamínicos en cada niño, requiere siempre de prescripción médica.

Fuente: Clínica Vespucio.