20 Ago Aromas del recuerdo
Mi mamá siempre me enseñó a sentir todos los aromas, “traen recuerdos”, me decía. Por ejemplo, el del romero y la ruda, que le entregaban protección a la casa; la sandía que nos indicaba que el verano ya había comenzado, la chancaca que nos llamaba a la mesa los días de lluvia, la cera que nos decía que el día de aseo había comenzado y cómo olvidar el aroma del pan amasado recién salido del horno los domingos familiares.
Yo también le enseñé a mi hija a disfrutar de los aromas. Me dice que sus favoritos son la fragancia de la naranja recién partida, el suave aroma de la canela que le espolvoreo a su avena al desayuno, la colonia que suavemente le pongo detrás de sus orejitas, el olor del pasto recién cortado y el característico aroma de las sábanas limpias cuando estamos cambiando la ropa de cama.
A mí también me encanta el aroma de las sábanas, recuerdo inmediatamente a mi madre y sus consejos: “Hija, separa la ropa blanca de la de color. Cambia las sábanas todos los sábados y lávalas con un poquito de Detergente Popeye. Te aseguro que me recordarás”.
Tenías razón, por siempre te recordaré, mamá.
Por: Merybet Schnettler