Un jabón en el cajón
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Un jabón en el cajón

Un jabón en el cajón es un relato del concurso literario

Un jabón en el cajón

Cada vez que voy a la casa de mi abuela, me envuelve un aroma único que me transporta a mi infancia. Ese pequeño hábito suyo tiene una historia relacionada con su niñez.

Mi abuela solía hablar conmigo de cómo su madre lavaba la ropa en grandes bateas de madera, frotando cada prenda con jabón y gran dedicación. Siempre afirmó que ninguna mancha podría resistir el poder de este jabón. En ese momento, mi abuela observaba con admiración y amor cómo su madre transformaba la ropa sucia en telas impecables y perfumadas.

Ella siempre recordará esos momentos. No solo por el jabón, sino por lo que simbolizaba: el trabajo, la dedicación y el amor de su madre. El jabón Popeye se convirtió en algo más que un producto de limpieza para ella, era un símbolo de su infancia, de su hogar y de su madre.

Esa costumbre se heredó cuando ella se casó y estableció su propia familia. Recuerdo las tardes soleadas en su patio, donde ella lavaba la ropa y el olor del jabón llenaba el aire. Seguía el ritual con la misma atención y cariño que su madre. A la vez fuertes y suaves, sus manos frotaban las prendas con una habilidad que parecía innata. Cada ropa estaba impecable, no solo limpia, sino también con el agradable y calmante olor del jabón.

Una de las cosas que más me intrigaba era su hábito de guardar un trozo de jabón Popeye en su cómoda. “Es para que la ropa guardada siempre huela bien”, como solía decirme. Era cierto. Abrir sus cajones es como abrir una caja de recuerdos perfumados. El olor a jabón combinado con el olor de la madera vieja y los tejidos guardados te llevaba al pasado.

Con el tiempo, comprendí que el jabón Popeye era un hilo conductor que unía generaciones, una pequeña pieza del legado de mi abuela que mantenía vivo el recuerdo de su madre. Lavando la ropa con ese jabón, mi abuela no solo cuidaba de su hogar, rendía un homenaje silencioso a su niñez y a la mujer que le enseñó todo lo que sabía sobre el cuidado de la familia.

En ocasiones, en mi propia casa, repito el gesto de mi abuela. Coloco un trozo de jabón Popeye en mi cómoda y cada vez que abro los cajones, el olor me envuelve. Mi abuela y su madre me conectan con mi pasado. El jabón Popeye sigue siendo el testigo silencioso de nuestra historia familiar.


Por: Brayan Valenzuela