27 Sep Sábanas y recuerdos en Valparaíso
Crecí en una ciudad de la Región de Valparaíso, vivíamos cerca de la línea férrea, mi casa estaba en el límite de lo urbano y lo rural. Por la vereda veía pasar hombres a caballo que iban a comprar al centro de la ciudad y escolares que sacaban su escobilla para retirar la tierra que sus zapatos habían cogido en el camino. Mi casa también era el lugar donde los amigos de mis padres dejaban sus bicicletas cuando venían del campo, ya que era uno de los medios de transporte más utilizados.
Era el tiempo en el que jugábamos en la calle con los hijos de los vecinos y podíamos andar en patines o bicicleta sin peligro de atropello, comíamos frutas de los árboles que crecían en nuestros patios y también hacíamos intercambio con los vecinos. En esa época no existían las lavadoras como las conocemos ahora, recuerdo el esfuerzo de mis padres, quienes administraban una casa en la que alojaban a los conductores de trenes, por lo que el lavado de sábanas era continuo. La artesa de mi casa siempre tenía ropa junto al infaltable jabón Popeye. Como no se contaba con secadora, esperábamos que el viento secara las ropas y el aroma del jabón se esparcía por el patio y la casa. Ese aroma de jabón Popeye también tiene en mis recuerdos diversión y amistad, porque esa casa que en el día estaba desocupada era como un club para mis amigas y para mí. Nos juntábamos a hacer tareas escolares, ensayar coreografías y comer helado, era infaltable juntar unos colchones y jugar a dar volteretas poniendo cada vez más dificultad en la altura. Las risas salían cuando alguna calculaba mal y caía fuera de los colchones.
Con los años y la llegada de mis hijas conocí el detergente Popeye que nos ha acompañado hasta ahora. Cambiamos la artesa por una batea plástica para desmugrar los calcetines. Mi hija menor disfruta limpiarlos con jabón Popeye y cada vez que huelo ese aroma especial, llegan a mí los recuerdos de infancia, aromas de diversión, pero también del esfuerzo de mis padres por entregar a mi hermano y a mí mejores condiciones de vida de las que ellos tuvieron. Ese aroma me hace recordar mis orígenes y la riqueza que teníamos en esos tiempos.
Por: Paola Espinoza