09 Oct Popeye ¡te debo tanto!
Querido Popeye:
Primero que todo ¡felicitaciones por estos 75 años! Toda una hazaña cumplir esa edad y estar cada día más vigente.
Aquí te voy a contar mi historia contigo; mis recuerdos de ti de chica es que no podías faltar en el lavadero, ¡pucha que salvaste calcetines! Ese olor a limpio inconfundible y tu forma que se iba gastando al medio.
Ahora tengo siete hijos y además vivo en el campo. Comprenderás que sin ti todo sería más difícil. Nada mejor y fácil que dejar la ropa en remojo con el pedazo de jabón que va quedando y al otro día… ¡magia!
Cómo no recordar que en cada embarazo me daba como antojo (aparte de los de comida) los olores a limpio, y en las noches me levantaba, y partía a la despensa a olerte.
¿Me creerás que seis de mis siete hijos son mega alérgicos? Así que me salvaste con el lavado de sábanas y toallas. Resolvimos el problema de la picazón, aparte de dejarlas limpias y suaves.
Aquí va la mejor parte: mi hija número seis, Teresita, tiene Síndrome de Down y su piel es muy sensible. Ya tiene 17 años y va, desde guagüita, a la Fundación Complementa, que atiende a unas 50 familias de escasos recursos. Y generosamente hace muchos años Popeye ha colaborado con premios de sus excelentes productos, para una rifa que se realiza cada año para financiar este programa social.
Así que, como verás, Popeye, ¡te debo tanto!
Por: Marcela Silva