¡Buenos consejos para cuidar la piel de los adultos!
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¡Buenos consejos para cuidar la piel de los adultos!

La piel del adulto debe cuidarse

¡Buenos consejos para cuidar la piel de los adultos!

La piel debe tratarse con mucha gentileza y cariño. Esa es la frase que mejor define la actitud que debemos tener hacia el órgano más grande de nuestro cuerpo, lo que implica cuidados diarios y revisión una vez al año con un especialista.

Conversamos con la Dra. Carla Muñoz, dermatóloga (@dra.carlamunoz_dermatologa), para dar respuesta a las principales dudas que puedan tener las personas a la hora de cuidar, proteger u observar alteraciones.

¿Cuáles son los problemas más frecuentes en la piel del adulto?

Es muy amplio y podemos ver prácticamente toda la gama de la dermatología. En consulta es frecuente ver condiciones de alergias, dermatitis peribucal en mujeres, rosácea y pieles hipersensibles. También vemos ciertas patologías exacerbadas en periodos de estrés, por ejemplo en pandemia, donde se observó un aumento de psoriasis, reacciones alérgicas y acné. En Chile no tenemos una patología única que se escape en frecuencia respecto de otras, como ocurre en Australia con el cáncer de piel. Lo que sí sucede en nuestro país, específicamente en Santiago, es que al ser una ciudad con clima seco se pueden ver numerosos casos de pieles secas con patologías asociadas a ello. De hecho, cuando recibimos visitantes de países más húmedos les pasa la cuenta esta sequedad, dándose cuenta de que la piel aquí en Santiago sufre harto por la condición climática.

¿Se puede saber fácilmente qué tipo de piel tiene una persona?

Son muchos los que llegan a la consulta queriendo saber qué tipo de piel tienen. Lo cierto es que la clasificación de piel seca, mixta, grasa o normal es un poco artificial. Obviamente las pieles jóvenes tienen más porcentaje de glándulas de grasita funcionando versus los adultos mayores y eso marca una diferencia. Pero decir que una persona tiene tal o cual tipo de piel no es algo tan categórico. Lo cierto es que en la etapa adulta uno pasa por distintos periodos. Si la persona está en un ambiente seco va a tener la piel más seca, y si va a un lugar húmedo va a sentir que su piel es menos seca. Por ende, encasillarnos en un tipo de piel no tiene tanta utilidad. Lo importante es saber interpretar cómo está la piel en determinado momento y teniendo eso como base elegir los productos adecuados. Y es que hoy me puede servir una crema y en dos años más ya no, porque me cambié de ciudad. Por otra parte, cuando una persona consulta por una patología, rosácea por ejemplo, tampoco se le puede decir usted tiene tal o cual piel porque en ese momento solo es una piel con rosácea y puede tener zonas más secas que otras. En tal caso, los productos a escoger tendrán que ver con su condición de rosácea.

Considerando lo anterior, ¿qué consejos se pueden dar a las personas para elegir el producto más adecuado?

Creo que es muy importante consultar al dermatólogo porque el especialista podrá ver cómo está la piel en ese minuto. De hecho, me pasa harto con mis pacientes que al verlas después de un año me dicen que el producto que usan ya no les sirve tanto. Uno debería ir al dermatólogo una vez al año a revisarse los lunares, como una forma de prevención. Y en esa misma revisión se pueden ver las condiciones cutáneas para decidir el tipo de crema a usar. Porque igual es importante elegir un producto adecuado. Si yo tengo piel grasa y uso una crema para piel seca voy a saturar mi piel, la voy a ver brillante, pegote y poco luminosa. Es cuando la gente dice “se me corta la crema”, cuando se hacen grumitos. Eso indica que el producto no es adecuado al tipo de piel, ya que no logra absorberlo.

¿Qué hábitos dañan la piel?

Si uno consume alcohol habitualmente esto afectará la piel. El tabaco también daña muchísimo. Además de todos los cánceres asociados, el tabaco produce una vasoconstricción, es decir, hace que los vasos se aprieten y que la sangre no llegue adecuadamente a zonas terminales como punta nasal, labios, orejas o puntas de dedos. El tabaco hace que a nuestra piel le llegue menos flujo de sangre, lo que se traduce en una piel más arrugada, opaca y de menor calidad. Después del sol, el tabaco es lo más dañino para la piel.

Hay quienes nunca usan crema o no tienen rutinas de cuidado. ¿Eso tiene alguna consecuencia?

Lo principal y más riesgoso es no usar protector solar. Sin duda, esas personas son las más afectadas. Pero aquellas pieles que nunca se humectan, a la larga también van a sufrir algunos daños. Por ejemplo, se muestran más resecas, con picazón, con una cicatrización más lenta y con mayor fragilidad. Claro, porque cuidar y humectar la piel no solo tiene que ver con el aspecto estético, sino también funcional.

¿La calidad del agua afecta nuestra piel?

Muchísimo. Uno lo comprueba cuando va a otras ciudades o países. El agua de Santiago o del norte del país es muy dura y, por ende, mucho más irritante. Ante esto, las personas deben aplicar más humectante.

¿A qué se le llama piel sensible y qué cuidados requiere?

La piel sensible es aquella que tiene una hiper-respuesta o intolerancia a elementos externos, como maquillaje, lociones y otras cosas en contacto con la piel. Se reconoce por ser una piel roja, irritada, que arde, que pica o que puede tener algunos granitos. La clave es mejorar la barrera cutánea prefiriendo productos pensados para pieles sensibles (limpiadores suaves, detergentes hipoalergénicos, emolientes sin mucho color o perfume).

Al momento de ducharse, ¿es recomendable el uso de guantes duros o exfoliantes?

La piel hay que tratarla con mucha gentileza y cariño, ya que se “enoja” cuando uno es muy agresivo. Los guantes para exfoliar en la ducha pueden servir cuando la piel está muy engrosada y deseo eliminar la capa córnea que por una alteración no está en niveles adecuados. Si yo tengo una piel normal no es necesario usarlos. Y si lo requiero, no hay que usarlos todos los días. Dos veces por semana como máximo.

Pensando en los adultos mayores, ¿debemos tener cuidados especiales con su piel?

En la tercera edad la piel va cambiando: ya no se produce tanta grasita y tiene más sequedad. También se va adelgazando, los capilares son más frágiles y pueden hacerse moretones más fácilmente. Es una piel que tiende a picar más haciendo que la persona se rasque con riesgo de lesiones o infecciones por el mismo rascado. La picazón puede dificultar su sueño, que ya es frágil en adultos mayores. Lo importante es mantener una buena función de barrera cutánea y eso significa usar cremas y emolientes para que mejore la capacidad de protección. También se deben evitar las agresiones, es decir, usar artículos de aseo personal o de aseo del hogar que no irriten la piel, sin perfumes e idealmente sin colorantes. Jabones y detergentes deben ser no irritantes y con características hipoalergénicas.

¿Hombres y mujeres deben cuidarse por igual?

Sin duda. La piel del hombre es muy similar a la de la mujer en cuanto a su estructura. Aunque hoy se ven más hombres preocupados, hay otros que no se imaginan aplicándose cremas. Es más, en el caso de ellos hay una agresión constante a través del afeitado, por lo que es muy importante que usen productos post-afeitado.

¿Cómo reconocer cuando la piel está sana?

Es aquella que se ve bien, pareja, luminosa y no brillante. Su textura es suave. La piel áspera o con zonas levantadas no está sana. Si tiene manchas tampoco está sana, porque ha tenido demasiada exposición solar.

¿Cuál es la rutina de cuidado mínimo que todos debiésemos hacer?

Independiente de su tipo, todas las personas debiesen seguir esta rutina:

  • Limpieza con un producto que no irrite, dos veces al día (mañana y noche). Pueden usarse productos de limpieza bajo la ducha, pero en pieles secas o más sensibles se recomienda el agua micelar después de la ducha.
  • Usar algún serum. Estos son productos con bajo volumen y alta concentración, es decir, que en una pequeña cantidad de solución tienen una alta cantidad de principio activo. El fin de los serum es aportar elementos requeridos, como vitaminas C o E, antoxidantes, teinoindes, etc.
  • Usar un hidratante para recuperar la humectación.
  • Usar un protector solar adecuado.

A lo mencionado arriba, que es lo básico, le puedo agregar cremas de tratamiento específico, contorno de ojos, para manchas, etc.

 

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