25 Abr ¡Cuidado con los pliegues de la piel!
En los recovecos oscuros y poco aireados de la epidermis de nuestra piel se asientan numerosos gérmenes cutáneos. Por ejemplo: axilas, trasero, ingle y bajo los pechos. El sudor y la humedad que desprende nuestro cuerpo pueden convertirse en un irritante. Especialmente en estos pliegues puede proliferar la candidiasis, una infección fúngica.
Además, las glándulas odoríferas de estas zonas pueden en ciertas circunstancias alcalinizar el pH habitualmente ácido que tiene nuestra piel. Por eso, la persona que se aterroriza ante un perro y sucumbe al estrés en cuanto lo ve, inconscientemente estimula estas glándulas y llamará su atención por el olor que emite.
Buenas medidas
Para mantener sanos los pliegues del cuerpo resulta efectivo mantener bien secas las zonas de contacto piel con piel con prendas de algodón, de respiración activa, que se adaptan a las nalgas y aún así dejan pasar el aire. Por el contrario, las tangas irritarían aún más la piel. Se debería evitar la lencería sintética que estimula el sudor y ni siquiera puede lavarse con agua caliente.
Las prendas de ropa sintética desprenden enseguida olor a sudor porque los tejidos artificiales no se liberan en forma drástica de las poderosas bacterias, cuando el lavado se hace a baja temperatura. Incluso, después de haber pasado por la tintorería, el traje de noche no tarda en oler en cuanto bailamos de nuevo.
Con respecto a la ropa interior, hay que descartar de plano las camisetas y boxers de poliéster. Lo mejor son las prendas de algodón con estructura reforzada.
Fuente: Libro “Cuestión de Piel” (Editorial Urano).