14 Jun ¿Qué es la dermatitis atópica?
El eczema cutáneo o dermatitis atópica es la alergia más común en niños. Sus principales causas predisponentes son los factores genéticos, reacciones a alimentos y fármacos. También se puede desencadenar por contacto, aspectos psicológicos y condiciones ambientales.
La pediatra de Clínica Vespucio, Dra. Gema Pérez, asegura que “lo importante es determinar cuál es el origen de la alergia y no solo preocuparse de tratar la reacción aguda. Por ejemplo, por proteína de vaca, huevo, maní, pescado, gluten, fármacos, conservantes, preservantes o colorantes”.
Y es que existen personas más sensibles a ciertos alérgenos y al contacto con metales, sustancias tóxicas, contaminantes, al pasto y polvo en suspensión.
Señales de alerta
La dermatitis atópica, además de traer consigo claras lesiones cutáneas en los niños, también presenta otros síntomas que afectan su calidad de vida. Provoca mucha picazón durante el día y también en la noche. Lo anterior puede conducir a cuadros de estrés, fatiga, trastornos de sueño, mayor irritabilidad, cansancio y déficit atencional.
La pediatra explica que “el cuadro podría ser más severo si se expone a los niños al humo de cigarrillo. Más aún, si presentan otras enfermedades respiratorias crónicas tales como asma o rinitis alérgica”.
Tratamiento
Las medidas básicas para tratar la dermatitis atópica son la limpieza de la zona, un baño corto de agua tibia a fría y aplicar jabón neutro sin perfume directo con las manos para evitar dañar más la piel. La especialista recomienda secar suavemente y luego hidratar la piel con una crema sin colorantes ni perfumes.
De la misma manera, es aconsejable lavar la ropa con detergentes neutros o de bebé, y darle un enjuague extra. Se deben retirar las etiquetas y se recomienda la ropa de algodón.
Los niños que padecen esta enfermedad no deben exponerse a lugares al aire libre durante tiempos prolongados. Al respecto, la profesional de Clínica Vespucio explica que “es importante protegerlos del sol y estar pendientes de que no tengan contacto con pastos y pólenes”. De ser así, se debe aplicar un protector solar varias veces al día. En mayores de 6 meses se deben utilizar marcas especiales para pieles sensibles o atópicas y usar ropa con protección UV.
Al interior de la casa se debe evitar el contacto con polvo cuando se hace aseo. “Lo ideal es que no duerman con peluches o elementos que acumulen partículas que pueden ser dañinas para el niño. En caso contrario, se deben lavar frecuentemente”, recomienda la Dra. Gema Pérez.
Si el niño no mejora
La pediatra señala que hay algo en lo que siempre hay que fijarse: “Si se mantienen todas las medidas de higiene, aseo e hidratación y el niño no mejora, hay que llevarlo con un especialista para descartar cualquier otra patología”.
Para controlar la infección es necesario que el especialista entregue un tratamiento farmacológico adecuado para no seguir dañando la zona afectada. El uso de productos específicos como cremas, pomadas, corticoides o inmunomoduladores, antibióticos tópicos u orales, antihistamínicos en cada niño, requiere siempre de prescripción médica.