Blog Popeye | Desarrollando el habla en el bebé
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Desarrollando el habla en el bebé

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Desarrollando el habla en el bebé

“Agua”, “pan”, “mamá”, “papá” pueden ser las primeras palabras que diga un bebé. Si bien es un proceso natural que se produce entre los 12 y los 15  meses de edad, cuando se retrasa los padres comienzan a preocuparse.

De acuerdo a Grace Burnier, fonoaudióloga y docente de la Universidad San Sebastián, los padres deben saber que los menores primero producen vocalizaciones y reduplicaciones silábicas. Luego cuales comienzan a constituirse en las primeras palabras atribuyéndoles un significado. Se debe hacer una distinción entre las primeras palabras y el balbuceo, ya que son conceptos distintos.

“El balbuceo ocurre previo a las primeras palabras y se refiere a aquellas emisiones que son vacilantes para dar luego paso a las primeras palabras. Las primeras palabras son aquellas que pertenecen a su entorno inmediato y de uso frecuente”, comenta la docente.

Cuando un bebé  “no quiere hablar”, no es algo que se da por sí solo. Burnier explica que puede ocurrir por diversas causas. “Alteraciones en órganos fonoarticuladores, problemas auditivos (otitis a repetición) o patologías de base (síndromes). También podemos encontrar casos en donde la causa es la  inmadurez. Y, por supuesto, factores emocionales que también influyen en el desarrollo del lenguaje y del habla”.

Si los padres identifican que el desarrollo del lenguaje no es el esperado para su edad, deben consultar a un fonoaudiólogo. Él realizará la evaluación, diagnóstico y tratamiento. “Entre los 12 a 24 meses de edad los bebés deben presentar algunas características de habla y lenguaje (primeras palabras). También comprensión de órdenes sencillas, reconocer y nominar partes del cuerpo, aumento en el vocabulario, formulación de frases de dos o más elementos. De no evidenciarse es necesario ocuparse y llevarlo a evaluación fonoaudiológica”, comenta.

Pronuncia mal

  • Para favorecer la correcta articulación es necesario que los padres, familiares y/o cuidadores hablen de frente a los niños. Esto permite la posibilidad de imitación, entregando un modelo de habla adecuado y bien articulado.
  • Cuando el menor articule de forma equivocada se sugiere no realizar la corrección diciendo “así no se dice”, “está mal lo que dices” o “te equivocaste”.
  • Se debe tener presente que los niños están en un proceso de aprendizaje y deben hacerlos sentir seguros para que continúen con sus producciones. El modelado lo hace el adulto. Es decir, el adulto es quien repite correctamente la palabra que no logró producir correctamente el menor.