26 Ago El jabón va a la universidad
Mañana debo presentarme al taller de mecanizado de control numérico, con material para realizar el trabajo. No dispongo del material, es caro, no pude comprarlo, a pesar de ser solo una placa pequeña de technyl. La tarea la tengo lista, la he simulado, sé lo que tengo que hacer. Difícil momento, al no contar con el material solicitado para hacerla.
Recuerdo aquel día de mi vida universitaria, sin pensarlo mucho, tomé un par de jabones de los que usaba mi mamá para lavar la ropa. Mi mamá siempre decía: “Yo lavo a la antigua, me gusta desmugrar primero con jabón Popeye y después a la lavadora”. Así que siempre había una provisión de este jabón en mi casa, los metí a la mochila y los llevé a la universidad. Al día siguiente, me presenté a rendir mi compromiso académico con este “material alternativo”.
Cuando llegó mi turno de realizar la tarea: saqué el jabón de su envase, lo puse en la prensa de la fresadora, cargué el programa en la máquina, busqué el cero pieza, realicé el planeado, luego fresado de las iniciales de mi nombre y apellidos: D A M. Salió perfecto. El profesor, a pesar de no decir nada con respecto al material de mi placa, me felicitó por mi trabajo: “Sigue así y serás un buen ingeniero”, me comentó.
Han pasado los años y cada vez que veo a mi esposa “lavar a la antigua”, recuerdo aquella anécdota. Ella también cuenta con una buena provisión de jabón Popeye.
Hace un par de años un excompañero de carrera me comentaba, a modo de mito urbano, que aquel profesor sigue dando la misma tarea (que cada estudiante mecanice las iniciales de su nombre y apellido), solo que ahora les pedía a los estudiantes llevar un jabón Popeye para realizar aquella tarea de fresado CNC.
Por: Dino Arata