El pica pica
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El pica pica

El pica pica es un relato del concurso

El pica pica

Cuando era pequeña vivía en Quinta Normal, junto con mis padres, abuelos y primos. Era una casa grande y tenía un corredor amplio en la que se estacionaban los autos en línea. Los fines de semana, mi mamá sacaba su lavadora Hoover y su detergente, cuyo nombre no recuerdo, pero sí recuerdo que usaba una barra de jabón de Popeye para desmugrar, especialmente la ropa blanca. Ese es el único recuerdo que tengo de la infancia respecto de la marca.

Hace un año me diagnosticaron mieloma múltiple (cáncer a la sangre). Pasé por muchos procedimientos, diálisis, transfusiones de sangre, plaquetas, quimioterapias, trasplante de células madres, dolores que no conocía, entre otras cosas. No vale la pena recordarlos. 

En febrero tuve una reacción alérgica cutánea muy fuerte, me picaba todo el cuerpo. Mi piel se irritó y enrojeció. Parecía una frutilla o una adolescente en plena explosión hormonal, y tengo 52 años. Mi marido, para animarme y hacerme reír, cuando me rascaba la espalda me cantaba una canción que decía algo así: “Me pica, me pica, ahí…”. Yo no había escuchado esa canción, pero cuando él la cantaba me provocaba una risa tremenda. Le pregunté a Mauricio dónde la había escuchado y me dijo que era del jabón Popeye, de un comercial antiguo de radio. Medio en broma, medio en serio, insistía en que la canción existía. Como yo no le creí, buscó en su celular y la escuché. Cantaba una mujer, y en algunos momentos su voz parecía muy sensual o coqueta y quedé sorprendida, porque no la conocía. 

Finalmente, fue tanto el escozor y molestia, porque además se expandió a mi cara, que pedí hora con un dermatólogo. Me costó mucho conseguirla, pero lo logré. Llegué a la consulta con todos los medicamentos que consumo actualmente y con cara de susto. Todavía hacía calor y realmente me sentía mal. Iba de buen ánimo, pero preparada para cualquier noticia. El doctor gentilmente me escuchó y me hizo un examen físico, con un lente especial, y ahí el diagnóstico: dermatitis, pero no por la enfermedad o los medicamentos. Uf… ¡un alivio! Entre las múltiples recomendaciones mencionó cremas, ungüentos, formas de cuidar mi piel, lo que debía o no debía hacer. Luego vino la pregunta más sorpresiva: ¿Cambiaste el detergente para lavar? ¿Cuál estás usando? Yo dije cuál usaba y me dijo: “¡Nooooo! Tienes que usar el detergente Popeye, el del pica pica”. Yo quedé ¡plop!, como Condorito. No, como Tremebunda, por la edad. Me reí y me fui con mis indicaciones, pensando y recordando las bromas que hacía mi marido para aliviar mi tensión.

Cuando llegué a mi casa, él me preguntó cómo me había ido. Yo pensé: ¿Qué le contesto? Y lo primero que le dije: ¡Bueno… pica, pica no más! Comencé a reír y él entendió. Fue al supermercado y compró una bolsa de detergente, al que llamamos “el pica, pica” y lo llevó a la casa orgulloso de su compra.


Por: Paola Chacón