El tendedero de emociones
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El tendedero de emociones

El tendedero de emociones

Hoy estaba colgando la ropa en el mismo tendedero que compramos cuando llegamos a este hogar. Tantas cosas que han pasado desde ese día de febrero. Hoy, 5 años después ya no somos 2, somos 4. Los Laureles 368 sería el lugar que nos acogería y vería multiplicarnos. Ahora ya no solo colgamos camisas, vestidos y nuestros jeans favoritos. Hoy los bodys, los piluchos, las poleras y mucha ropa de 6 y 24 meses abundan en todos los ganchos. Los colores, texturas y tamaños se mezclan en el tendedero. Los diseños de patito, osito, dinosaurio y princesa adornan las telas que esperan secarse al sol. Cuando llega la hora de recoger las pequeñas y grandes prendas, noto que toda la ropa tiene el mismo olor: Detergente o jabón Popeye. 

Ahora me doy cuenta de que ese aroma nos acompañará por mucho tiempo, que nos recordará todas las etapas juntos, desde la preparación para transformarnos en padres, en todas esas noches sin dormir, hasta esos hermosos desayunos en la cama. Todos esos recuerdos que traerán de vuelta cada emoción a flor de piel. Porque hoy el detergente Popeye no solamente significa limpieza, también nos hace recordar el amor incondicional que se siente al ser papás.


Por: Merybet Schnettler