23 Nov ¿Qué son las pecas?
Llamamos comúnmente “pecas” a las manchas planas, redondeadas, de medio a un centímetro de diámetro, que aparecen en grupos numerosos en el rostro, sobre todo en mejillas y nariz, y parte del cuerpo de algunas personas.
Su nombre técnico es “efélide”, y se definen como pigmentaciones marrones de melanina que surgen en zonas del cuerpo expuestas al sol. Su color suele ser uniforme y siempre de un tono más oscuro que la piel del individuo.
Las pecas tienen un origen genético y su formación es similar al efecto por el cual se broncea la piel, conocido como melanogénesis. Al entrar en contacto con el sol, la melanina se distribuye de manera irregular por la piel, creando depósitos algo más densos en puntos concretos. Eso son las pecas.
Las personas con fototipo bajo, entre I y II, es decir, de piel clara y cabello rubio o pelirrojo, están más predispuestas a tenerlas. La cantidad de exposición al sol también influye en su aparición, entre otros factores como las sesiones de rayos UVA, los tratamientos y los cambios hormonales que experimentamos durante la vida.
Aparecen con el tiempo
Es infrecuente que un bebé nazca con pecas. El proceso más natural es que surjan en niños a partir de uno o dos años, y que vayan desapareciendo en la edad adulta.
Las pecas son lesiones benignas: no comportan un trastorno ni una enfermedad de la piel. En general deben considerarse inofensivas y solo en casos muy raros evolucionan a un cáncer de piel.
Puede pasar el caso contrario, que un cáncer u otras patologías cutáneas de importancia se confundan con una peca. Las personas que las tienen sí suelen caracterizarse por una piel sensible y resultan más propensas a quemarse o a sufrir cáncer de piel. Como cualquier individuo de piel clara, la protección frente al sol juega un papel fundamental. Las pecas, aunque no se vuelvan malignas por sí mismas, no dejan de indicar un daño producido por las radiaciones solares, y como tal hay que vigilarlas.
Existen dos tipos de pecas
- Simples: manchas redondeadas y pequeñas. Pueden ser congénitas o adquiridas con los años.
- Pecas por quemadura solar: más oscuras, de bordes irregulares y algo mayores que las pecas normales. Surgen en la espalda y hombros.
Un estudio del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano encontró el gen asociado a las pecas, el cabello claro, los ojos azules y la fotosensibilidad. Si este gen, llamado IRF4, se activa, genera mucho pigmento. Si su actividad escasea, se reduce la producción de melanina. Un mayor conocimiento de esta variante genética ayudará, según los autores del trabajo, a profundizar en enfermedades de la piel como el melanoma.
Se recomienda que las personas pecosas revisen su piel habitualmente. Si alguna de las pecas cambia su color, tamaño, forma o bordes, es imprescindible consultarlo con un dermatólogo.
Fuente: Fundación Piel Sana