26 Sep Bañar al bebé todos los días ¿sí o no?
Últimamente se habla bastante de que nos duchamos demasiado y que eso está destruyendo la barrera cutánea que nos protege de agresiones externas.
Lo cierto es que este mensaje tiene algo de razón, aunque más que con la frecuencia de la ducha el perjuicio para la piel tiene que ver con cómo y con qué nos lavamos. En cualquier caso, es común que en las consultas de dermatología infantil los papás y las mamás pregunten acerca de si es conveniente bañar a su recién nacido todos los días. La respuesta es sí, salvo en bebés prematuros, en cuyo caso hay que espaciar el baño cada dos o tres días, o si existe una indicación pediátrica concreta.
Y es que, además de higiene, el momento del baño proporciona diversión y relajación a nuestro pequeño, así que no hay motivo para no bañarlo a diario. Eso sí, observando una serie de recomendaciones resumidas en una sola: suavidad.
Temperatura
La temperatura del agua debe rondar los 37 grados y medio. Puede parecer algo fría, pero es la más confortable para el pequeño. Por debajo de esa temperatura el bebé estará irritable por el frío y no se relajará. Si el agua está demasiado caliente la piel se resecará, lo que favorece la maceración y la aparición de grietas. Recuerda que su piel es más frágil y que estas lesiones pueden aparecer de forma relativamente fácil.
Duración
La duración del baño no debe superar los 5 o 6 minutos. Este tiempo es suficiente para lavar las áreas que necesitan mayor limpieza: la cara, el cuello, los pliegues de los muslos o las muñecas y la zona del pañal.
Ni esponjas ni jabones
No es recomendable usar esponjas ni jabones agresivos. Basta una pequeña cantidad de jabón líquido especial para bebés disuelta en el agua que aplicaremos con la mano aprovechando para acariciar y masajear a nuestro retoño.
Toalla
Al sacar al bebé de la bañera debemos secarlo con una toalla tibia, mullida y suave de algodón dando pequeños toques sin restregar o frotar y poniendo especial cuidado en secar bien los pliegues cutáneos, ya que la humedad favorece la maceración, la aparición de pequeñas heridas y grietas, así como las infecciones por hongos.
Fuente: Libro “Una piel para toda la vida”, escrito por el dermatólogo Dr. Pedro Jaén.