08 Jun La piel del recién nacido
La adaptación de la piel del recién nacido es un proceso dinámico causado por la transición brusca de un medio acuoso a uno seco.
A las 34 semanas de gestación la maduración dérmica está casi completa. Las diferencias morfológicas de la piel del recién nacido con la del adulto son pocas, no así las funcionales: la sudoración está retardada, la absorción percutánea está aumentada por la mayor relación superficie-volumen, entre otras.
En comparación con un niño mayor, la piel del recién nacido es más delgada y frágil, tiene menor contenido lipídico, la hidratación y permeabilidad son elevadas y la relación superficie-volumen corporal es mayor.
Los prematuros de menos de 34 semanas de edad gestacional presentan una función cutánea subdesarrollada y, por ende, mayor posibilidad de sufrir complicaciones como deshidratación, hipotermia e intoxicación por absorción percutánea de sustancias.
¿Qué es el vérnix caseoso?
Al final del embarazo se produce el vérnix caseoso formado por agua, proteínas y lípidos. Esa capa favorece la maduración cutánea y protege a la piel de la exposición excesiva al agua, es hidratante y antimicrobiano.
Al nacer el niño se observa como una capa blanco grisácea, grasosa y suave. Desaparece a las pocas horas o días de vida. Dados sus beneficios se recomienda solamente sacar el exceso y evitar el frote intenso para permitir su preservación.
Cordón umbilical
Una de los primeras preocupaciones relacionadas con la piel del recién nacido es su cordón umbilical.
En los días posteriores al nacimiento el muñón umbilical se va deshidratando y toma una coloración negra y textura dura, que favorece la colonización bacteriana y aumenta el riesgo de infección (onfalitis, celulitis, entre otros). Por ello es muy importante una adecuada limpieza de la zona.
Los estudios han demostrado que en países desarrollados, con adecuadas medidas de higiene y baja tasa de mortalidad neonatal, el uso de antisépticos o antibióticos tópicos no tiene ventajas sobre la simple práctica de mantener el cordón limpio y seco. Esto incluye:
- Lavado de manos del cuidador con agua y jabón antes de la manipulación del cordón.
- Limpieza con agua tibia y jabón suave.
- Posterior secado con gasa.
- En caso de que se ensucie con orina o material fecal, debe ser limpiado y secado nuevamente.
Primer baño
Otro hito importante es el primer baño del recién nacido. En general se trata de un momento inolvidable, muchas veces fotografiado o filmado, pero habitualmente acompañado de muchas dudas y mitos en especial para los padres primerizos. Acá se muestran algunas recomendaciones:
- La profundidad del agua debe cubrir hasta las caderas del bebé.
- La temperatura del agua debe ser cercana a la corporal (37ºC-37,5ºC).
- La temperatura ambiental debe ser agradable (21ºC-24ºC).
- No debe durar más de 5 a 10 minutos.
- No es necesario usar jabón y en caso de usarlo preferir los syndets o sustitutos del jabón, evitando frotar o restregar la piel.
- El baño es beneficioso desde el punto de vista higiénico y también favorece la estimulación táctil. Se recomienda una frecuencia de 2 a 3 veces por semana, seguidos siempre de aplicación de emolientes.
- Los emolientes deben ser libres de colorantes y perfumes, con propiedades humectantes semioclusivas, que permitan humectar y evitar la pérdida transepidérmica de agua. Se deben aplicar idealmente todos los días y su elección dependerá de la ubicación geográfica y factores estacionales.
Conocer e informarse de estos detalles cotidianos, que no siempre son adecuadamente informados, nos permitirá mantener en óptimas condiciones la salud de la piel de nuestras guagüitas recién nacidas y también nos entregan tranquilidad en un momento muchas veces lleno de dudas. ¡Recuerda siempre preguntar a tu pediatra o dermatólogo!
Por: Dra. Carla Muñoz Olate, dermatóloga. @dra.carlamunoz_dermatologa
