03 Feb Cómo cuidar nuestro sueño para cuidar nuestra piel
No hay duda de que cuando dormimos la piel entra en un estado de reparación y regeneración. Estudios experimentales han demostrado que la falta de sueño puede hacer que tengamos un aspecto menos saludable, menos atractivo y más cansado. Además, se sabe que la privación de sueño puede empeorar las ojeras y dar lugar a una piel cetrina (color amarillo-verdoso) y opaca.
No hay una cantidad de horas de sueño fijas necesarias para el ser humano: varían de una persona a otra. Las necesidades de sueño también cambian con la edad: los niños pequeños necesitan dormir mucho más que los adultos. Los expertos están de acuerdo en que el adulto medio necesita entre siete y nueve horas cada noche para que el cuerpo descanse y para funcionar de manera eficaz. Tiene que ser un sueño de buena calidad, sin interrupciones frecuentes.
Es importante desarrollar una buena higiene del sueño si queremos controlar los factores del estilo de vida que pueden influir en nuestra piel. Algunos consejos que pueden ayudarnos a conseguirlo son los siguientes.
Pon atención al estrés
El estrés y la ansiedad son causas frecuentes de alteración del sueño. Aunque es ilusorio pensar que podemos eliminar totalmente el estrés de la vida moderna, los mecanismos de afrontamiento para abordarlo son importantes. Tienes que encontrar un método que te funcione. La meditación, el yoga y el ejercicio pueden ser de ayuda.
Realiza ejercicio de manera regular
El ejercicio físico puede mejorar la calidad y la duración del sueño. A algunas personas (no a todas) el ejercicio de alta intensidad por la noche, de una a tres horas antes de acostarse, puede alterarles el sueño, pero esto depende mucho de cada uno. Si ves que la práctica de ejercicio por la noche te impide dormir, te sentirás mejor si lo haces a primera hora de la mañana en lugar de la noche. Aun así, el ejercicio de bajo impacto, como el yoga y los estiramientos antes de acostarse suelen ser útiles.
Mantén un horario regular de sueño
Intenta acostarte y despertarte cada día a la misma hora, incluso los fines de semana y durante las vacaciones. Esto ayuda a ajustar el reloj interno del cuerpo y optimiza la calidad del dormir.
Alcohol y cafeína con moderación
La cafeína puede afectar al sueño de las personas sensibles entre diez y doce horas después de su consumo. Todos sabemos que la cafeína en exceso es un estimulante, de manera que lo mejor es preferir infusiones de hierbas. Y personas amantes del té verde, ¡recuerden que también contiene cafeína!
Por su parte, el alcohol en exceso puede afectar a la calidad y la cantidad de sueño. Aunque inicialmente puede ayudarnos a conciliarlo más rápida y profundamente, reduce el sueño de movimientos oculares rápidos (REM). La fase REM es una parte esencial del ciclo natural del sueño y su reducción puede traducirse en una alteración del ritmo circadiano.
Evita las pantallas brillantes
Las longitudes de onda de luz azul que emiten las pantallas brillantes, como las de los teléfonos móviles, pueden provocar todo tipo de alteraciones del sueño. Y aunque es tentador consultar nuestras redes sociales favoritas una última vez antes de apagar la luz, es mucho mejor para nuestra salud evitar utilizarlas como mínimo una hora antes de acostarnos. La luz azul aumenta nuestro estado de alerta y esto puede hacer que tardemos más en dormirnos. Esto, a su vez, afectará a nuestro ritmo circadiano natural y al sueño REM a través de distintos mecanismos. Cambia tu teléfono móvil por un buen libro tradicional para conciliar el sueño más fácilmente.
Fuente: Libro “La Biblia del cuidado de la piel”, escrito por la Dra. Anjali Mahto, dermatóloga y vocera de The British Skin Foundation.