02 May ¿Sabías que estamos cubiertos por millones de microorganismos?
Nuestra piel está repleta de vida. En ella encontramos un ecosistema vivo, invisible a nuestros ojos, que está formado por bacterias, hongos, parásitos y virus. Es lo que clásicamente se llama «flora cutánea» y que en la actualidad conocemos como «microbiota».
La microbiota no solo se encuentra en la epidermis sino que es un ecosistema que se extiende por todo nuestro organismo como, por ejemplo, en el intestino, donde tiene también un papel fundamental.
Nuestra microbiota es un sello de identidad. Es única y la heredamos en gran parte al nacer, cuando tenemos el primer contacto con el exterior.
El conjunto de microorganismos que viven con nosotros depende, por lo tanto, de nuestra familia, del lugar en el que residimos, del clima, de la alimentación, de la exposición ambiental, de la contaminación, de la toma de medicamentos y del contacto con otros seres durante toda nuestra vida.
De hecho, nuestra microbiota cambia constantemente a lo largo de los años y, aunque se parece entre todos los humanos, es única en cada uno de nosotros.
5 cosas que debes saber de la microbiota
1-El estudio de la microbiota humana y su funcionamiento es un ámbito muy amplio que se está empezando a explorar. Sorprendentemente, está abriendo una gran puerta al conocimiento de múltiples enfermedades sistémicas como la obesidad y la diabetes.
2-La microbiota también está implicada en los procesos que ocurren en nuestra piel. ¡Los microorganismos y bacterias presentes en el cuerpo influyen directamente en las enfermedades inflamatorias de la piel! Es como una competición; si predominan los «buenos», no hay espacio para los «malos».
3-Los microorganismos que habitan en nuestra superficie nos ayudan a defendernos de agentes infecciosos nocivos del entorno, modulan el sistema inmune sistémico y contribuyen a mantener el pH adecuado de nuestra piel para que la barrera cutánea se mantenga indemne.
4-Vivimos en armonía con nuestra microbiota cutánea. Una flora cutánea equilibrada y estable impide el desarrollo de bacterias «malas» asociadas a enfermedades como el acné, la rosácea, la psoriasis y la dermatitis atópica.
5-Debemos cuidar y respetar nuestra flora cutánea, la cual vive en la mezcla de agua y grasa que encontramos en la superficie de nuestra piel. Ella nos protege y nosotros debemos protegerla también.
Fuente: Libro “Piel sana in corpore sano”, escrito por la Dra. Andrea Combalia.
